viernes, 29 de noviembre de 2013

En constante cambio

Un Viernes más, otra semana que está a puntito de irse... todo cambia, como vemos a continuación...


El buda del viaje


"Todo cambia, 
nada permanece inalterado". 

La vida es un constante viaje: estamos siempre en tránsito de un estado a otro, de unas personas a otras, y lo único que permanece inalterable es el cambio. Entender la naturaleza mutable de la realidad nos ayudará a fluir con el mundo y disfrutar de la travesía.

En su poema Viaje a Itaca, Konstandinos Kavafis dice que el peregrino de la vida debe rogar "que sea largo el camino, lleno de aventuras, lleno de experiencias", sin esperar otras riquezas que el "bello viaje".

La diferencia entre un turista y un viajero es que el pimero conoce de antemano cuánto y dónde llegará, mientras que el segundo sabe de dónde ha salido pero no su destino, pues éste se va creando paso a paso.

Y tú ¿eres un turista o un viajero de la vida?.

Un viejo proverbio reza: "Si vas a Roma, haz de romano sin dejar de ser tú mismo". Tal vez sea esa la esencia del cambio: ser capaces de fluir con él sin renunciar a ser lo que somos.


Ilustración de Douglas Wright, de su página
El Jardín de Douglas, si no lo conocéis, hacedle una
visita sin falta porque merece la pena toda su obra.

Libros de viaje

Lao Tse afirma que "el mundo puede conocerse sin salir de casa". Tomando su sugerencia muy al pie de la letra, los libros de viaje -o los buenos documentales- son un buen vehículo para conocer otras latitudes cuando la rutina nos obliga a una vida sedentaria.

Y debo decir que ¡¡¡gracias porque todo cambie!!!, nada es para siempre, todo está en contínuo movimiento... así pasan rachas y vienen otras y otras... Al igual que sale el sol cada día, pero nunca ves el mismo cielo, ni las mismas nubes...

Poco más puedo decir aquí, más que como ya sabemos, es importante disfrutar y vivir el "aquí y ahora" y eso nos dejará disfrutar del viaje... No sé el porqué, me ha traído a la cabeza "El Camino de Santiago" (que no he hecho), pero en el que todos son peregrinos, nadie sabe lo que se va a encontrar y todos coinciden en que haberlo hecho, ha significado mucho, ha cambiado algo en su interior. El camino hace que uno se enfrente a uno mismo y que viva cada segundo para poder continuar con el siguiente...

Disfrutad vuestro camino, cada paso y cada sorbo del mismo...

¡¡¡Feliz Fin de Semana!!!.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Desaprender para comprender

Me gusta llegar al viernes, no sé a vosotros/as, pero a mí, aparte de porque acaba la semana de las prisas y los horarios, también llega el día en que aquí comparto un capítulo de mi librito "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" y mis reflexiones al respecto.


El buda de la compresión


"Toda enseñanza es como una
balsa: hecha para hacer una
travesía, pero a la que no hay
que atarse".

Krishnamurti advertía que "Aprender es un proceso constante y no un proceso aditivo". Para aprender, por lo tanto, es preciso partir de cero apartando los conocimientos previos. La acumulación de conocimientos actúa, en ese sentido, como un obstáculo, pues a lo nuevo -la comprensión- no se puede llegar a través de lo viejo -la acumulación de saber.

A menudo no logramos conquistar nuevos puntos de vista porque nos aferramos a viejos prejuicios, a valoraciones morales que nos han inculcado en la escuela o en el seno de la familia. Para liberar el pensamiento y ampliar la mirada, en ocasiones hay que desaprender lo aprendido. Sólo así se puede partir de cero y llegar a la verdadera comprensión.

¿Qué significa "partir de cero" en la vida diaria?. Algunos ejemplos: ver con "nuevos ojos" a alguien por quien siempre hemos sentido aversión; realizar un trabajo que nos desagrada con la inocencia de la primera vez; "mirar" el mundo que nos rodea en lugar de "ver" sin prestar atención...


Abre los ojos

Realiza este sencillo experimento: proponte hoy mirar el lugar donde vives con los ojos del visitante que llegar por primera vez. En lugar de desplazarte maquinalmente de un lugar a otro, disfruta de los detalles que dan caráctar a tu pueblo o ciudad. Descubrirás un mundo que siempre estaba allí pero que te había pasado inadvertido.

Y no puedo evitar acordarme de aquel genial programa "La Bola de Cristal", con la Bruja Avería y los Electroduendes que decían "hay que desenseñar a desaprender como se deshacen las cosas", qué tiempos... Y es que en ocasiones, nuestra mente está tan llena no sólo de enseñanzas, sino también de prejuicios, valoraciones, etc. que nos impiden ver aquéllo que tenemos delante, aquéllo que nos es velado. Como una copa de agua que no puede ser llenada, a no ser que antes haya sido vaciada, así actúamos muchas veces nosotros, por lo que debemos de "vaciar" para poder embebernos de nuevas vivencias y enseñanzas.



Por eso, abrid vuestra mente y vuestro corazón, no juzguéis, seguramente os sorprenderéis muchísimo de todo lo que no sabéis y de todo lo que podéis aprender.

En este sentido la fotografía es un buen ejercicio, puesto que puedes salir de tu casa con la firme intención de "ver con ojos distintos" todo lo que te rodea, por donde pasas todos o casi todos los días, tal y como propone el capítulo. Puedes ver más allá de calles y casas, más allá de parques y árboles, simpre habrán vivencias únicas, cielos únicos, momentos únicos.

Y ya que hablaba de "La Bola de Cristal", como no he encontrado justo un vídeo donde los Electroduentes digan la famosa frase (que lo habrá seguro, pero no he dado con él), aquí va un vídeo del programa en donde libros, historias, imaginación y niños se fundían en una maravilloso "Viaja con la imaginación, lee libros".


viernes, 15 de noviembre de 2013

Aceptar y fluir

He tenido un fin de semana muy intenso y que a la vez me invitaba continuamente a fluir. Mi semana también está siendo muy intensa, retomando, renovando, preparando... pero llega el viernes y ya sabemos, en este rinconcito toca hacer una pausa, respirar y reflexionar con tranquilidad.


El buda de la aceptación


"No hay trabas para aquellos 
a los que no gusta ni disgusta 
nada".

Las personas que viven constantemente entre el lamento y la queja no sólo logran irritar -y ahuyentar- a los demás, sino que pasan por alto los pequeños placeres que ofrece la vida y acaban de la peor de las maneras: haciéndose enemigos de sí mismos.

En cambio, una actitud generosa hacia la realidad, la aceptación de aquello que nos proporciona la vida a cada instante, es la clave para una existencia feliz y despreocupada. En otros términos: más que hacer lo que te guste, se trata de lograr que te guste lo que haces.

Esta sabia disposición fue ejemplificada por Voltaire a través de su hilarante -y profundo- Cándido, que entiende el optimismo como "el empeño de sostener que todo es magnífico cuando todo es pésimo". Puesto que Dios creó el mundo para "hacernos rabiar", Cándido propone que cada ser humano cultive su propio jardín, pues el trabajo es "el único medio de hacer la vida tolerable".

Imagen de la página
Fortalece tu autoestima



El arte de fluir

El profesor Milahy Csikszentmihalyi revela en su libro Flow este interesante dato: la mayor parte de las personas encuestadas situaron los momentos más intensos de felicidad en el ámbito laboral. Lo describen como una sensación de "fluir" con lo que están haciendo.


Y por encima de todo, está la aceptación de uno/a mismo/a, porque ¿cómo vas a aceptar el resto si no te aceptas tú?. Seamos altos, bajos, gordos, flacos, tristones, alegres, desgarbados o atléticos... somos únicos y a la vez somos piezas fundamentales para la vida de muchas personas: padres, madres, hermanos, amigos, tíos, sobrinos, primos... y un largo etcétera. Ya, diréis, es muy fácil decirlo..., pues si, pero vamos a relativizar: mirad un bebé, si sois su padre, madre o cuidador en algún momento, para el bebé sois importantísimos, porque necesita vuestro contacto, vuestro amor y calor, vuestra presencia, vuestra voz.... sois perfectos para él. No os juzgará, porque el bebé percibe y precisa de vuestra esencia. Claro, diréis, es que un bebé no sabe, es muy pequeño. Bueno... y si os hablo de una mascota..., podríamos aprender mucho de los animales, deberíamos fijarnos más en ellos, pero ahora nos encontramos demasiado separados de nuestra raíz animal, de la naturaleza. Para un perro también sois perfectos, no le importa vuestro aspecto físico, os adorará exactamente igual vayáis de chándal o con traje (o tal vez más con lo primero porque seguro que le dejáis acercarse más, jejeje). Entre ellos tampoco tienen problemas, se aceptan como son y no les importa mezclarse, no hay razas, estaturas, clases..., no hay altos o bajos. Así que, ¡¡¡acéptaos!!!, porque todos tenemos muchas cosas que nos hacen especiales.

Tal vez penséis que habrán cosas en vosotros que puedan mejorar, que se puedan cambiar... ¡pues claro!, pero lo primero es aceptarse, reconocerse para después ver qué se puede mejorar y cómo, y poner empeño e ilusión.

Así que, comencemos a aceptar las cosas como son, fluyamos con ellas para ser más felices y estar más relajados. Esto me recuerda esa famosa frase "si tiene solución, ¿por qué te preocupas? y si no la tiene ¿por qué te preocupas?".

Como madre debo decir que es bastante duro enfrentarse casi todos los días a un niño pequeño, en fase de crecimiento, con sus pros y contras. Sin noción del tiempo y el espacio, egocéntrico al que sólo le importan sus deseos y anhelos. Con enfados y rabietas cuando no obtiene lo que quiere... Dicho así suena ¡¡¡terrible!!!, peeero cuando vas más al fondo, cuando lees, te informas, cuando desde el amor quieres entender y sabes que forma parte de su proceso madurativo, que hay muchas cosas que no puede entender, que está despertando poco a poco (y aún así a un ritmo de aprendizaje y crecimiento bárbaro que no se volverá a dar a lo largo de su vida), que su neocortex todavía se encuentra en formación, siendo el último en despertar, en activarse... entonces, de pronto aceptas, relativizas, te relajas y te das cuenta de que todo fluirá a su debido tiempo y que hay que disfrutar de todas esas cositas. Si, es difícil disfrutar de una rabieta, vamos, como que no se disfruta nada de nada, más bien, todo lo contrario. La diferencia está en aceptar y fluir, mantener la calma, respirar, hablar con suavidad, no atosigar más de la cuenta (porque nos encontraremos con un muro que en ese momento no escucha, no entiende y es inquebrantable y al que nuestras continuas explicaciones sólo le provocan mayor cerrazón). Lo contrario sería un choque de energías negativas, golpeando una contra otra y rechazándose de contínuo.

Tal vez os sorprenda todo esto, tal vez penséis que "estoy muy relajada", tal vez... como os he dicho al principio, mi fin de semana fue muy intenso. Ahora estoy en fase de lectura y estudio de parte de lo vivido y aprendido, para seguir aprendiendo, y por eso acepto y fluyo, por eso relativizo y me relajo. Os puedo asegurar que en este sentido, nuestra semana está siendo mucho más tranquila, cómplice y divertida. Y es que, tras ver almas infantiles disfrutando con esa energía pura, con esa inocencia y ese "ser y estar aquí y ahora", desbordando alegría y vitalidad a raudales a través de sus miradas y sonrisas... no queda otra que darse cuenta de que son nuestros grandes maestros y enamorarse del brillo de sus ojos.

Os deseo un ¡¡¡Felicísimo Fin de Semana!!!

Ahhh y a quién me siga a través de mi Cuaderno de Fotografía, estad muy atentos, porque mañana sábado estamos de aniversario y adelanto que habrán sorpresas, así que, no os lo perdáis.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La Vela (Salamba Sarvangasana)

La falta de tiempo y el querer hacer unas ilustraciones como si fuera otra persona, han hecho que tardara en contar más cositas por aquí, pero yo no soy dibujante, ni pintotra, ni ilustradora, eso no quita para que con unos dibujillos hechos con todo el cariño del mundo os enseñe asanas que podéis practicar con los peques, así que, vamos allá.

¿Estáis preparados?, porque nos vamos de viaje... si, de viaje, ya lo anuncié en Facebook; vamos a subir a un velero y vamos a surcar las aguas, balanceándonos con las olas y sintiendo la brisa en nuestra cara. Pero también vamos a cambiar un poquito nuestra perspectiva, porque ¿habéis escuchado alguna vez eso de "el mundo al revés"?, seguro que si, pues a poner la cabeza en los pies se ha dicho ;^D.


Que ¿dónde están los veleros?, pues aquí mismo, vosotros sois la Vela y sólo falta poner en marcha la imaginación. Tal vez tengáis un grumete que otea el horizonte en busca de "tieeeeerraaaa a la vistaaaaaa", o bien prefiere ser también un pequeño velerito surcado los mares. Pero ojo, nada de mantener la postura. Todo forma parte de un juego en el que además de beneficiarse por partida doble (juego y yoga), aprenden las asanas. Además, ellos son niños y como tales, no tienen nuestro sistema óseo ni muscular, y aunque tal vez les encante, se hace un momentito y ya a cambiar y a jugar a que os habéis lanzado al agua para daros un bañito ¿si?.

La Vela es una asana o postura invertida que nos ayuda a cambiar la forma en que miramos nuestro alrededor. Como postura invertida, oxigena la parte superior de nuestro cuerpo puesto que, tenemos a nuestro favor la fuerza de la gravedad y la circulación de retorno lo tiene más fácil. Por tanto, refresca la mente, alivia el estrés, el insomnio y la fatiga. Fortalece la parte alta del cuerpo, el pecho, los hombros y el cuello. Tonifica piernas. Mejora la digestión y claro está, la circulación de la sangre.

La forma de llevarla a cabo: Nos acostamos de espaldas y levantamos las piernas llevándolas arriba y un poco atrás. Si nos cuesta, nos podemos ayudar con un poco impulso. Ponemos las manos en la espalda o caderas y los codos bien colocaditos y anclados en el suelo. Podemos mantener un par de respiraciones observando cómo cambia la misma en esta posición. Para bajar, primero encogeremos las piernas formando un rulito o como decía el otro día mi profesora, "como un bicho bola", jajaja, para después ir bajando poco a poco apoyando primero la espalda en el suelo.

Y ahora, nada de levantarse corriendo, decidle a los peques que se pongan a nadar, porque un bañito en el mar con un velero a la espera, no tiene desperdicio.

Namasté!.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Miedo... ¿a qué?

Debo decir que he estado a punto de saltarme este buda y dejarlo para otro momento en que yo estuviera..., tal vez menos sensible, o tal vez saltármelo hasta que hubiera cambiado nuestra situación, pero a saber cuándo sería eso y si todavía estaría yo con estos Viernes de Reflexión... Finalmente he optado por compartirlo, porque mi situación no es la vuestra tal vez...

El buda del valor


"El gran secreto de la existencia 
es no tener miedo. Nunca temas 
lo que será de tí ni dependas 
de nadie. Sólo cuando rechazas 
cualquier ayuda eres libre".

En los momentos clave de la vida estamos fundamentalmente solos y debemos confiar en nuestras propias fuerzas. Los que son capaces de hallar su propio camino entre la maleza, rompiendo inercias y dependencias, alcanzan el valor para vivir con plenitud.


Imagen de Taringa

Pero en nuestro camino a la superación y la sabiduría se oculta un feroz enemigo a batir: el miedo. Krishnamurti hace la siguiente clasificación:
"No existe el miedo en abstracto, siempre está en relación con algo. ¿Conoces ustedes sus propios miedos?. Está el miedo a perder nuestro empleo, de no tener suficiente comida o dinero, el temor a lo que puedan pensar de nosotros nuestros vecinos o el público, el miedo de no tener éxito, de perder nuestra posición en la sociedad, de ser despreciados o ridiculizados... el miedo al dolor y a la enfermedad, a ser dominados, a no conocer jamás lo que es el amor o no ser amados, a perder a nuestra esposa o a nuestros hijos, el miedo a la muerte, a vivir en un mundo que es como la muerte... ¿Conocen ustedes sus propios miedos?".


El método conductista

Para el tratamiento de fobias como el miedo a las aglomeraciones, a los ascensores o a viajar en avión, la psicología conductista recomienda exponerse progresivamente a la situación de temor hasta lograr una espusta positiva. Le evitación, por el contrario, sólo consigue reforzar el miedo y crear las condiciones para la aparición de nuevas fobias.

Pues si, yo tengo miedo, y creo que debería decir todos y cada uno de los días... no es un miedo exagerado, pero no puedo evitar sentir zozobra y preocupación. Tengo miedo a que esta situación se mantenga y que vaya a peor. Tengo miedo de no encontrar trabajo, de no tener una salida laboral/profesional que nos mantenga. Tengo miedo a estancarme y que pase y pase el tiempo y seguir igual. Tengo miedo al dolor y a la enfermedad, a perder a mis seres queridos. Y creo que a lo que menos tengo miedo... es a la muerte... por lo menos a la misma tal cual, a dejar de sentir y desaparecer... pero el antes, la posibilidad de estar enferma y sufriendo, eso me puede.

En todos estos miedos no cabe la opción "conductista", porque te puedes enfrentar un poquito a una claustrofobia, por ejemplo. Puedes estar en un lugar cerrado 15 segundos, 30 segundos, 45, 60... 2 minutos, 5 minutos... y así progresivamente... pero no puedes estar enfermo un ratito y al otro no, no puedes no tener para comer y después si (por lo menos por elección propia), no puedes perder a un familiar y al ratito que vuelva a aparecer... Así que, no puedo dejar de tener estos miedos. Tal vez sólo queda aceptarlos... ¿tú/vosotros qué piensas?, ¿a qué tienes/tenéis miedo?.


viernes, 1 de noviembre de 2013

Pequeños actos... grandes resultados

Escribo esto tras un cambio importante, mi primera "celebración" de Halloween (¿quién lo diría?) y mi alegría al saber que es una fiesta mucho más española de lo que yo creía. Aclaro que esta afirmación la hago después de ver ESTO en Facebook..., será una tontería, pero leerlo me puso una sonrisa de oreja a oreja ^_^.

Y aunque hoy sea Viernes 1 de Noviembre y festivo, vamos allá con nuestro Viernes de Reflexión.


El buda de la entrega


"Ni el fuego, ni el viento, ni el 
nacimiento ni la muerte puede 
borrar nuestros buenos actos". 

La ley del karma nos enseña que no sólo las grandes obras, sino también las pequeñas son importantes. Para el futuro del planeta no tiene menos trascendencia plantar un árbol que la creación de un legado artístico.

Actos que nos parecen insignificantes acaban teniendo gran influencia en nuestro entorno. Nuestros amigos recordarán breves palabras de aliento, pequeñas atenciones que les prodigamos y que para ellos fueron importantes -aunque nosotros a menudo no somos conscientes de ello.

Hay un karma emocional, que es producto del amor que damos y tomamos, y que se crea en los actos mínimos cotidianos; por ejemplo, una sonrisa a los compañeros de trabajo, la asistencia de un desconocido que pregunta por una calle, la ayuda que prestamos anónimamente sin que nadie nos pida...

Las pequeñas historias diarias de nuestra vida forman una gran historia de amor, si ponemos entrega y nos dejamos guiar por el corazón.


Carta a un desconocido

El Tao Te Ching dice que el verdadero sabio "no reclama el mérito y, por ese motivo, el mérito siempre le acompaña". ¿Has ayudado alguna vez a alguien anónimamente?. Es una experiencia muy enriquecedora, ya que la buena acción aparece en estado puro, sin intereses ni compensaciones. Ayudar a alguien que no conoces -y que, por lo tanto, no te lo podrá agradecer- es un acto de amor a la humanidad.

Me gusta especialemente este capítulo. ¿Alguna vez habéis hecho algo por alguien y después os habéis sentido super bien, felices?. Eso que te ha hecho sentir que has realizado "la buena acción del día"... Pues si es así, sabrás el porqué me parece especial.

Añadiría y propondría una prueba: sal un día a dar un paseo y sonríe todo el rato, mira por un instante a los ojos de las personas con las que te cruces, sonríeles, algunas pasarán de largo sin más; en otras verás un cambio de gesto, sorprendidas de tu sonrisa y pensando ¿es a mí a quien sonríe?; otras te devolverán la sonrisa =^D. ¿Te atreves?. Si mantienes la sonrisa y aún más si te la devuelven, algo cambiará en tí, algo cambiará en ellos. Tú llegarás a tu casa con más energía y más feliz... seguro que las personas que te devolvieron la sonrisa tendrán una experiencia similar.

Poco más que añadir, pero mucho más para reflexionar y para que aún vayan a más esas reflexiones y para que acabes de ver este post con una sonrisa y creyendo en la humanidad, en que los pequeños actos pueden cambiar muchísimas cosas, dejo unos vídeos que, aunque ya hayas visto, te tocarán el corazoncito.

¡¡¡Feliz Fin de Semana!!!.