viernes, 12 de junio de 2015

Naturaleza

"Si la naturaleza tuviera tantas 
leyes como un estado, ni Dios 
podría regirla".

Ludwing Börne

La población tiende a aglomerarse cada vez más en núcleos urbanos. Parece que la vida en la ciudad tiene que ser mucho más fácil, aunque en la práctica cuesta obtener un puesto de trabajo, los alquileres andan por la nubes y la calidad de vida deja mucho que desear.

Algunas personas se están dando cuenta de este hecho y han trasladado su residencia a las afueras, donde puedan disfrutar de tranquilidad y de un aire más puro. Sin embargo, no todo el mundo puede permitirse esta opción.

Si éste es tu caso -o quizás es el modo de vida que más te gusta- deberías intentar no perder el contacto con la naturaleza. Muchos niños de ciudad sólo conocen los animales por los documentales televisivos y no saben el nombre de ningún árbol. Es una lástima, ya que al alejarnos del entorno natural renunciamos a algo esencial.

Una buena terapia para recobrar nuestro espíritu silvestre es aprovechar las vacaciones para reencontrarnos con el mundo natural. Pasear, sentarse en un prado a abrazarse a los árboles llenará nuestras reservas de energía y optimismo. También aprenderemos. La naturaleza es una maestra incomparable.

Rodeados

Si deseas mantenerte en contacto con el entorno natural, puedes inscribirte en un centro excursionista. Suelen organizar salidas cada fin de semana a un precio módico.


Para saber más

* Gabriel Walcott. Inspiración en la naturaleza. Oceano, 2000.
* Rachel Carson. Primavera silencionsa. Grijalbo, 1980.

...

De niña tuve la gran suerte que poder disfrutar algo del campo los fines de semana. Íbamos a visitar a la familia los domingos por la mañana y mis abuelos maternos tenían algo de terreno con bancales y algunos aminales de corral: gallos y gallinas, conejos. Al igual que mis tíos... Recuerdo llegar a su casa e irme directa a ver los conejitos pequeños y ponerles de comer a todos los animales. ¡Me encantaba!. Al igual que jugar en la tierra, en los bancales, columpiarme en aquel columpio que me hicieron en la rama de un gran árbol...

Siento que debo volver a algo así, me llena cuando estoy en lugares así y me gustaría que mi hijo pudiera disfrutar tanto como yo lo hice... Tal vez algún día...

Y vosotros ¿tenéis contacto con la naturaleza?.

¡Feliz Fin de Semana!.

Namaste.


Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.

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