viernes, 12 de febrero de 2016

Animales amigos

"Una casa sin un gato bien 
cuidado puede ser un hogar 
perfecto, pero ¿cómo puede 
demostrarlo?.

Mark Twain

Los que detestan los animales no comprenden por qué hay tantas personas que tienen en casa gatos o perros -por no citar un sinfín de pequeños animales que, en realidad, están mucho mejor en libertad-. Dicen que la vida ya es suficientemente complicada para andar limpiando y alimentando a un ser más.

Es una opinión perfectamente respetable. No obstante, estas personas desconocen las satisfacciones que éstos reportan a sus dueños. A parte de su amistad incondicional, los animales nos ponen en contacto con nuestros instintos perdidos. Por eso nos fascina observar sus juegos y cacerías.

Por otra parte, la medicina ha demostrado que gatos y perros son una buena terapia para las personas que padecen depresión, estrés o hipertensión. El solo hecho de acariciar un animal hace que nuestro ritmo cardíaco disminuya y nos relajemos.

Si te seduce la idea de traer a casa un pequeño amigo, tal vez podrías optar por rescatar de la protectora de animales uno que haya sido abandonado. Éste te lo agradecería eternamente y repararías una injusticia que no tiene paliativos.

De repente, tendrás a alguien que se alegra de tu llegada y está deseoso de jugar contigo. Los animales domésticos son nuestra mirada al libro abierto de la naturaleza.

Mi/nuestro perro Odín

Mi/nuestro gato Tiger

Consejo: Si no estás en casa durante todo el día o no dispones de mucho tiempo, es preferible que tengas un gato. A diferencia de los perros, los gatos manejan muy bien la soledad y no necesitan salir a la calle.


Para saber más

* María Rosa Fiszbein & Caty Guzmán. Mis amigos los animales. Oceano, 2000.
* Penelope Smith. Cómo hablar con los animales. Robincook, 2000.

...

Desde pequeña me han encantado y me encantan los animales y no puedo decir más que cambian mucho las cosas de cuando son tus compañeros de juego en la infancia y juventud a cuando, como persona adulta, cuidas de ellos como un miembro más de la familia. Si bien es cierto que tal vez de pequeña los disfruté de distinta forma, también debo decir que aún me gustan y fascinan mucho más ahora y con el paso del tiempo. Esa forma de amar y de corresponderte como ser, seas como seas, sólo puede dártela un animal.

Sólo hay una cosa en la que no estoy de acuerdo, en este caso, con el capítulo del libro y es que los gatos si que acusan la soledad, por mucho que no precisen salir a la calle. Un gato necesita y gusta de la compañía, los mimos y los juegos. Al igual que un perro precisa y le gusta que juegues con él, lo mismo le ocurre al gato y además, lo necesita.

También debo decir que, ya puestos, si decides adoptar un gato, muchísimo mejor que sean dos y, si no dispones de mucho tiempo para estar en casa y para jugar, aún más todavía: se harán compañía mutuamente, se darán calorcito para dormir, aportarán el uno al otro las dosis de mimos, contactos y caricias y no se aburrirán porque ambos tendrán sus momentos de locos juegos.

En nuestro caso tenemos perro y gato. El perro llegó mucho antes a nuestro hogar. Cuando estábamos buscando un cachorro, vimos un anuncio en el que tenían una camada de perritos que llevarían a la perrera si en breves días no encontraban casa. Así llegó nuestro Odín a casa, chiquitín, todo negrito y un buenazo de tomo y lomo.

Años más tarde, paseando con Odín, salió al paso un cachorro de gato buscando comida y caricias... se trataba de un gato que debía haber escapado o bien que habían abandonado y que estaba acostumbrado al contacto con personas. Estuve mirando si había alguna casa o alguien que pudiera haberlo perdido y como no era así, no podía dejarlo en la calle para que fuera víctima de atropello o en el mejor de los casos, una corta y dura vida. Así que se vino a casa y pasó a ser nuestro Tiger. Al principio tuvimos que andar con mil ojos hasta que comenzaron a llevarse bien ambos, pero al poco tiempo pasaron a ser "buenos socios y amigos". Son nuestros "otros niños" y no hay día que no nos muestren y ofrezcan grandes dosis de amor... con ellos siempre sabes a qué atenerte, ¿podemos decir lo mismo de los seres "humanos"?.

¡Feliz Fin de Semana!.

Namaste.



Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te gustó?, si es así, comenta y comparte. ¡Gracias por tu visita!.